jueves, 10 de julio de 2014

LA HISTORIA SALE A FLOTE

ENCUENTRAN RESTOS DE UN ANTIGUO NAUFRAGIO EN LAS COSTAS DE EL TABO.

El señor Antonio Cordova, dueño de una lancha pesquera a mediados del 2012, al ver a su lancha “Escorpión” que arribaba a la rada de Algarrobo con un extraño recipiente de greda, pregunto a la tripulación de donde habían sacado eso y le respondieron sus tripulantes, que el objeto había salido en la red de pesca de arrastre de fondo. Desde entonces la había guardado en su patio, hasta que almorzando en un restaurant de San Antonio, se encontró con José Luis Brito Curador del Museo de Ciencias Naturales y Arqueología de San Antonio y le exhibió una foto de esta “Anfora” y que la quería donar al museo, por lo que se pusieron de acuerdo en menos de una semana, Antonio llego con su preciada donación a comienzos de julio de 2014.

Las primeras indagaciones en el museo, permiten comprobar que esta pieza arqueológica, es efectivamente un ánfora perteneciente a un antiguo navío naufragado en las costas de la provincia de San Antonio, esto por qué según los datos entregados por Antonio Cordova al museo indican que la red a sacado otros restos de cerámica en el mismo lugar, aunque son solo fragmentos que deben estar diseminados en el lecho marino donde se hundió este antiguo barco que llevaba estas ánforas.
Fue encontrada a unas 20 millas marinas de la costa frente a Punta Cordova en el Tabo y a uno 580 metros de profundidad.

Restos de un Naufragio interesante. 

Es difícil por el momento determinar a que navío pertenecen estos retos arqueológicos, pero sin duda se debe tratar de un antiguo galeón posiblemente español que naufrago en al zona.

La tinaja o ánfora de greda encontrada esta casi completa, faltando el fondo y el resto en perfecto estado de conservación y es similar a la típica producción española del siglo XVII.
Esta ánfora presenta una impermeabilización con una especie de resina y probablemente transportaban vino u otro líquido a bordo de la nave siniestrada.

Los trabajos de Francisco Vidal Gormaz en 1901, titulada “Algunos naufragios ocurridos en las costas de chilenas desde su descubrimiento hasta 1900” y mas tarde de el trabajo de Juan Francisco Vargas, “ Algunos Siniestros Marítimos Acaecidos en el Siglo XX, Historial del Mar de Chile” , que recopilo los naufragios ocurrido entre 1901 y el 2000, también el de Carlos bascuñan, Magdalena Eichholz y Fernando Hartwing, dan cuenta en su conjunto de mas de 2.000 naufragios ocurridos en las costa de Chile entre 1520 y el presente, a lo que se suma una reciente investigación y recopilación denominada “Naufragios en la costa de la provincia de San Antonio, Segunda parte”, que aparecerá en la próxima publicación de José Luis Brito, denominada “ San Antonio, Una Exploración a la Historia y Geografía del litoral central” , que permite registrar a mas de 200 naufragios que se produjeron en las costa de la provincia de San Antonio entre 1544 y el 2013, es decir, entre Algarrobo y Rapel y Matanzas, siendo importante mencionar que los trabajos mencionados dan cuenta en su conjunto de mas de 3.000 casos de naufragios ocurridos en la costa chilena, existiendo numerosos casos en que ni siquiera se sabe el nombre o la nacionalidad de algunos naufragios ocurridos, ya sea porque toda la tripulación pereció o nadie se detuvo a investigar con mayor acuciosidad los restos náufragos observados, por lo que se presume que hay algunas naves naufragadas en la costa chilena que nadie sabe que terminaron en nuestras costas, especialmente en los primeros momentos de la navegación en esta agua.

Otros restos de naufragios en la zona

Desde los 90 algunos pescadores de la zona, han llegado con restos de algún naufragio en sus redes, es el caso de un motón de un antiguo velero naufragado frente a Las Cruces y que fue donado al museo, también el cañón de un fusil, encontrado enterrado en la duna costera al Sur de Santo Domingo, un cañón naval que se encuentra en la Gobernación marítima de San antonio, extraído en la década del 70 desde Cartagena y varias anclas antiguas encontradas en la bahía del puerto de San Antonio, Cartagena y otros lugares. 

También en el 2012, unos jóvenes buzos exhibieron al museo un trozo de una antigua campana de un galeón con la inscripción del año 1726 y un timbre de otro naufragio con las inscripciones Minton Hollins & Co, que era una empresa inglesa que exportaba baldosas hacia America,  si embargo no quisieron entregar mayor información, ni las piezas al museo, pese a que estos restos están protegidos por la Ley 19.288 de Monumentos Nacionales, pero falta mayor difusion pues en la zona  hay restaurantes y diversos particulares que poseen restos de diferentes naufragios de la zona, por lo que se agradece y valora la acción del Sr. Antonio Cordova que dono esta ánfora al museo de San Antonio, indico el investigador e historiador y curador del Museo José Luis Brito Montero.

Fuente: José Luis Brito.
Museo de Ciencias Naturales y Arqueología de San Antonio 




lunes, 7 de julio de 2014

VALPARAISO Y SU HISTORIA ENTERRADA EN LOS CERROS


DESENTIERRAN ANTIGUA LEYENDA DEL TESORO ESCONDIDO EN CERRO MONJAS

Está claro que el Puerto de Valparaíso se esconde cientos de historias y leyendas que tal vez nunca terminemos de conocer. Pero no por eso dejan de sorprendernos. Una de ellas habla de un tesoro escondido en el cerro Monjas, de Valparaíso, el cual habría descubierto por un grupo de obreros por allá por el año 1930.

Y al igual como el tesoro del que habla, esta leyenda estuvo enterrada por décadas, hasta que el trabajo de investigación de un grupo de profesionales, habitantes del cerro Monjas, trajo a la superficie la historia de un obrero que, el 29 de mayo de 1930, dio con un tesoro de monedas de oro y plata nacionales y extranjeras en medio del cerro.

La arquitecto Patricia Sepúlveda Orbenes es una de las integrantes del grupo de trabajo, quien conoció la leyenda del tesoro y, al igual que muchos, pensó que eran puros cuentos.

"Conocimos al hijo del obrero que supuestamente encontró el tesoro" En un comienzo nuestra investigación tenía que ver la reconstrucción de la historia urbana y oral de las poblaciones del cerro Monjas, entre los año 1930 y 1960. Pero dentro de las investigaciones revisé los archivos de prensa de la época y me encontré con la sorpresa que efectivamente la leyenda del tesoro del cerro Monjas era verdad', detalla Patricia Sepúlveda a La Estrella.

En los archivos de la Biblioteca Severín de Valparaíso, una antigua nota publicada el 30 de mayo de 1930 daba cuenta de cómo Osvaldo Aracena, obrero que trabajaba en la construcción de la Población Cerro Monjas -viviendas sociales construidas por el gobierno-, un buen día golpeó con su chuzo una roca más dura que ninguna otra.

Don Osvaldo siguió dándole con el chuzo hasta que se encontró con una caja y, al interior de ésta, un tesoro de monedas de plata y oro, nacionales y extranjeras.
El inesperado hallazgo provocó que los obreros se tensaran a golpes para tomar las monedas y guardarlas para sí.

'Es una historia que siempre ha estado de boca en boca en el cerro y gracias a esta investigación pudimos confirmar que esto había sido verdad', señala Sepúlveda.

Según cuenta la arquitecta, Edmundo Aracena vendió el mismo día del hallazgo una de las más de treinta monedas de oro y plata que había encontrado. 'Le pagaron 50 pesos, algo así como 2 millones de hoy día. 
Eso era mucho dinero para él, ya que con su trabajo de obrero ganaba sólo 7 pesos al quincenal, o sea él tenía en sus manos una gran cantidad de dinero', agrega Sepúlveda.

Hoy en el cerro Monjas de Valparaíso aún viven los descendientes de Osvaldo Aracena, quienes relataron la historia a los investigadores.

'El hijo de Edmundo dijo que en algún momento en su casa vio la última moneda de oro que su padre había guardado, sin embargo nunca supo qué pasó con ella', añade Patricia Sepúlveda, quien asegura que Aracena se fue de la región durante aproximadamente un año, para después volver y construirse su propia casa en el sector.

Nadie sabe lo que pasó con el resto del tesoro, sin embargo, los vecinos mayores, que por esa época eran niños, recuerdan la historia que recorrió el cerro completo y que hoy vuelve a cobrar vida.

'Debió haber sido algo muy importante porque la prensa de la época lo llevó destacado durante dos días', finaliza Sepúlveda. J

Fuente: La Estrella de Valparaíso