lunes, 10 de octubre de 2016

LA CRUZ ESVÁSTICA DE MONTSERRAT

COLECCION CHIPRIOTA

El museo del santuario pone en valor su colección chipriota, la más importante de España, con la publicación del catálogo y el resultado de las investigaciones de sus piezas

Cuando Himmler acudió a Montserrat en búsqueda del Santo Grial poco pensaba que el Santuario contaba en sus dependencias con una cruz gamada con la que quizás se hubiera sentido identificado, aunque su origen es mucho más antiguo y, evidentemente, su significado nada tiene que ver con el nazismo. En realidad, se trata de uno de los elementos decorativos de la cerámica de la colección chipriota del museo, cuyo valor e importancia se pone en relieve ahora con la publicación del catálogo y de las investigaciones realizadas por diferentes especialistas.

La colección chipriota forma parte del antiguo Museo del Oriente Bíblico que fundó el padre Bonaventura Ubach con el fin de ilustrar con piezas arqueológicas los diferentes escenarios que recorren las Santas Escrituras. Y, sin pretenderlo, se ha convertido en la más importante del estado español, tanto por el número de piezas, unas 200, como por los periodos que implica: de la Edad de Bronce hasta el periodo romano, es decir, del 2.000 aC hasta el siglo primero. “El padre Ubach utilizó un criterio científico cuando escogió las piezas y también destaca la calidad artística de muchas de ellas”, explica Maria Teresa Magadán Olives, investigadora del Institut del Pròxim Orient de la UB y del Institut Català d’Arqueologia Clàssica, que lleva unos veinte años estudiando la colección chipriota montserratina.

Un plato de la cultura chipriota del 950-850 aC con decoración de esvásticas perteneciente a la colección de Montserrat

Un plato de la cultura chipriota del 950-850 aC con decoración de esvásticas perteneciente a la colección de Montserrat (Javier Uriach)

Evidentemente, las esvásticas, presentes en platos y jarras elaboradas en épocas tan lejanas como el primer milenio antes de cristo, llaman la atención del visitante. “No sabemos si son un elemento original de Chipre o llegó por influencia de Mesopotamia, donde ya se encuentran en el 4.000 aC”, detalla Magadán antes de añadir que su simbología, así como la dirección de sus astas, es variada, desde “la representación de los cuatro vientos, flores estilizadas o elementos solares”.

SILVIA COLOMÉ
La Vanguardia


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