MOTIVADO POR LEER UN LIBRO EN SU JUVENTUD
Phil Buck es un estadounidense que tras leer el libro de
la expedición del Kon-titi, decidió crear las Viracocha I y II . La primera
zarpó de Arica y llegó a Isla de Pascua, mientras que la segunda no logró
arribar a Australia. Por eso 12 años después Buck regresó con la Viracoha III
para cumplir su meta
Corría el año 2000 cuando el estadounidense Phil Buck
construyó la Viracocha I, la primera embarcación hecha de totora que zarpó desde
las costas de Arica rumbo a Isla de Pascua. La travesía duro 44 días y llegó a
su destino sin problemas.
"La Viracocha I se convirtió en la primera
embarcación ancestral en alcanzar la isla más aislada del mundo en los tiempos
modernos", recordó el capitán Buck.
La idea del estadounidense era poner a prueba la
capacidad náutica de las embarcaciones precolombinas de la cultura inca,
mochica y tiahuanaco.
El año 2003, Buck volvió a la carga en Viña del Mar,
desde donde zarpó la Viracocha II, con destino a Australia, pero en esa
oportunidad, la balsa no logró su objetivo y de nuevo tuvo que atracar en Isla
de Pascua.
En esa oportunidad, Buck explicó que, debido a un mal
manejo, la balsa resultó dañada, motivo por el cual no pudo concretar la ruta
inicial. Por eso, 12 años después, el estadounidense quiso tener su revancha y
reunió un equipo de trabajo en noviembre de 2015 para construir la Viracocha
III, con totora extraída del Lago Titicaca.
En Bolivia
En mayo de 2016 se inició el armado de la balsa en La
Paz, Bolivia, con 4 mil amarres de totora y un cuerpo de 18 metros de largo por
4,6 metros de ancho y 2 de alto.
Fue tal el impacto que causó en Bolivia, que hasta el
Presidente Evo Morales despidió a la Viracocha III el 15 de diciembre de 2016,
cuando la embarcación dejó La Paz para ser trasladada en camión hasta Arica,
donde el trabajo continuó con la construcción de los mástiles, timón y velas,
además de la instalación de paneles solares para proveer electricidad durante
la travesía.
En Arica
Después de casi dos meses de trámites y viaje, la
Viracocha III llegó a la región de Arica y Parinacota la primera semana de
febrero, donde ya la esperaba Phil Buck y parte de la tripulación, instalados
en un campamento en el extremo sur de la popular playa Chinchorro.
Allí, en el edificio abandonado de lo que una vez fue un
restaurante, el navegante estadounidense montó su cuartel general y un Museo de
la Viracocha III, donde la comunidad puede observar réplicas de la balsa,
maquetas, videos, paneles informativos y los visitantes pueden tomarse
fotografías con la embarcación, que pesa 20 toneladas.
Y mientras el museo está abierto al público, los trabajos
en la embarcación continúan de manera simultánea con los tripulantes que ya
llegaron a la región.
Multinacional
Los primeros fueron seis armadores bolivianos, liderados
por Juan Limache, un experto en embarcaciones de totora, arte que aprendió de
sus ancestros y que él transmitió a sus hijos, con quienes llegó a la ciudad
para colaborar una vez más con el capitán Buck, ya que Limache también fue
parte del equipo de trabajo de la Viracoha II.
Durante su estadía, el armador boliviano y su equipo
realizaron ajustes del casco de la Viracocha III y luego se despidieron del
para volver al Lago Titicaca.
Las velas
Entre quienes integrarán la tripulación, Eugenia Kim fue
una de las primeras en llegar. Ella es argentina, pero de padres coreanos y ha
sido la encargada de diseñar y pintar las 6 velas que lucirá la balsa.
"El capitán me dijo que necesitaba algunas
ilustraciones relacionados a la cultura andina. Así que escogimos dibujos de
una vasija con pinturas prehispánicas de la cultura moche, un geoglifo de
llamas y un pastor del valle de Camiña para retratarlas en las velas",
explicó. "La idea es hermanar a los países (Chile, Perú y Bolivia)
mediante la expedición de la balsa de totora", contó Buck.
Mascaras moche
Además de las velas con motivos de las culturas Moche,
Tiwanaku y Aymara, la balsa lucirá tres máscaras, dos de las cuales ya están
instaladas en uno de los extremos de la embarcación.
"Las máscaras son de la cultura Moche de Perú, que
usaban este tipo de balsas, por eso se construyeron estas cabezas para decorar
la Viracocha III y las hicieron mis armadores bolivianos en el Titicaca",
dijo el capitán .
El trío femenino
De los 10 los tripulantes que serán parte de esta
travesía, tres son mujeres, quienes dejaron familias, estudios y trabajo para
sumarse a la travesía de 5 meses por el Pacífico.
Se trata de Camille Antoine (Francia), quien antes de
venir a la región trabajaba en una ONG de reforestación en Coroico Bolivia;
Valentina Muñoz (Chile), egresada de psicología y Eugenia Kim (Argentina)
estudiante de Museología en Buenos Aires.
"Yo soy de Montpellier, Francia y decidí unirme a la
tripulación de la Viracocha, porque me parece algo único , que creo que no se
volverá a repetir. Además, tengo mi licencia para conducir embarcaciones con
motor y también buceo", dijo Camille Antoine.
En cuanto a Valentina, la joven comentó que mientras se
encontraba buscando trabajo, conoció al capitán Buck en Viña del Mar y decidió
sumarse al proyecto.
"Cuando les comenté la idea a mis padres, ellos me
apoyaron, sobre todo mi mamá, porque se pone feliz con este proyecto, que ya
tiene dos años desde su preparación", contó Valentina, quien es la encargada
de editar fotos y videos de la Viracocha
Ahora, las tres jóvenes comparten experiencias vividas de
viajes anteriores y trabajan unidas en las velas de la Viracocha III, que por
primera vez tendrá un equipo femenino.
Como el último grumete
El último en la nómina tripulación es Chuño, la mascota
del capitán.
La historia que une al estadounidense con su ahora fiel
amigo comenzó en La Paz, cuando el can vagaba sucio por las calles.
"Una noche lo vimos botado, sucio, pero era tan
simpático que nos siguió a la casa y de agosto del año pasado que está con
nosotros. Recuerdo que tenía una nariz como el color del chuño, por eso le
pusimos ese nombre y nos vinimos todos a Arica", contó Phil Buck.
Al principio el capitán tenía la idea de dejar a Chuño
con un amigo mientras dure la travesía, debido al temor que su mascota le tenía
al mar. Pero esta decisión ha cambiado con el tiempo, ya que en los meses que
Chuño lleva en la Playa Chinchorro, ha logrado relacionarse de mejor forma con
el océano. Pero de todas formas, el capitán no descarta un proceso de
aclimatación para su fiel amigo. Algo así como un paseo en lancha para empezar,
ya que ahora Buck no desea separarse de Chuño y espera llegar a Australia con
él y toda su tripulación.
Y mientras espera la fecha de zarpe, Chuño se divierte
con otros perros y vigila la embarcación que pronto se convertirá en su hogar
durante los 5 ó 6 meses que dure la travesía.
Esperando el zarpe
El día a día en la Viracocha se vive con arduas jornadas
de trabajo bajo el sol que brilla en la Eterna Primavera. Donde los trabajos se
concentran en los mástiles, nudos, cabañas y camarotes.
Aún no hay fecha de zarpe, pero Buck explicó que cuando
llegue el día, necesitará más de 3 mil personas para llevar a pulso la
embarcación al mar.
Será la última
"Una vez que termine con esto, no creo que haga otra
balsa de totora, quizás una embarcación de otro tipo, no sé. Mientras tanto
pienso escribir un libro y hacer un documental del viaje", contó el
capitán.
Bibiana Mamani H.
La Estrella de Valparaíso