MUCHA VERDAD HAY EN ESTE
ESCRITO
Creo conveniente dejar claro en este
momento cual es, desde mi punto de vista, el momento actual de la Radiestesia y
cuáles son los logros que podemos alcanzar con un correcto uso de la misma. A
veces leo algún foro sobre el tema y observo apenado cómo se intenta usar para
trivialidades; este hecho ha dado pie a sus detractores para magnificar los
fracasos y atribuir los logros al azar. Posiblemente la visión errónea de qué
es lo que podemos esperar de la Radiestesia la tengamos los propios
radiestesistas al no reconocer nuestros fracasos y publicar hechos que a veces
no se ajustan a la realidad y que arrastran al que viene detrás a intentar
conseguir lo mismo cuando esto a veces es una quimera; intentaré explicarlo.
Podríamos definir la traducción de la
palabra radiestesista como “sensitivo a las radiaciones” y para eso es en
esencia para lo que sirve la Radiestesia: para detectar las distintas energías
y radiaciones que emiten, lugares, personas y a veces objetos. El zahorí o
radiestesista no “huele” el agua subterránea, simplemente en la vertical de la
misma hay un cambio importante de la radiación emitida; es decir, la vibración
del campo energético remitido por la Tierra es más bajo en ese lugar y esto es
lo que se detecta.
Pero tampoco es fiable al 100%, pongamos
como media ponderada de aciertos el 90%. ¿Por qué se produce el fallo? Es
razonablemente sencillo el explicarlo: Hay lugares que emiten una radiación muy
similar al agua subterránea (unos 5500 UB), por ejemplo, las líneas de la Red
Curry (unos 5800 UB) y las líneas Hartmann de primer orden (unos 5600 UB). A
veces y por el hecho de que no somos conscientes de la respuesta del
inconsciente no alcanzamos a detectar el fallo.
Todos los que estamos en estos temas y
hemos leído libros de Radiestesia, nos hemos encontrado consejos y normas o
reglas radiestésicas, como a algunos les gusta denominar, de todos los gustos y
colores, digamos que cada radiestesista ha aportado sus propias conclusiones.
No tengo nada que objetar ya que obro de igual manera.
En realidad todas estas aportaciones
deberían ser tomadas como simples consejos. Cada cual debería comprobar hasta
qué punto son ciertas y no seguirse como norma, dado el completo
desconocimiento que todos tenemos del mecanismo que en nuestra mente obra el
proceso de percepción que denominamos radiestesia.
Hace tiempo me pregunté qué hay de verdad
en estas reglas y para comprobarlo realicé diversos ejercicios para determinar
la veracidad de algunas afirmaciones. Estas son las conclusiones a las que he
llegado y que aporto por si a alguien le sirve de ayuda.
-Prospectar sin anillos o reloj porque
los objetos metálicos pueden interferir en las respuestas
Falso. Es fácil hacer la prueba. Hacer
una prospección con estos objetos, guardar la misma y repetir al día siguiente;
hacer otras dos prospecciones invirtiendo el proceso. Mis respuestas son las
mismas con o sin objetos metálicos.
-No cruzar las piernas mientras manejamos
el péndulo
-Apoyar ambos pies en el suelo al
prospectar
Falso. Se puede comprobar con el
ejercicio anterior
-Existen péndulos específicos para
ciertos campos
Falso. Existen multitud de péndulos en el
mercado: de cuarzo, madera, diversos metales, hebreo, de karnak, esféricos, con
punta, etc. Todos ellos cumplen la misma función, son una herramienta de
trabajo, la respuesta nunca la encontraréis en el péndulo, siempre es nuestra
mente quien la dicta, acertada o equivocadamente. Pero una cosa si es cierta,
cada cual puede sentirse más cómodo con alguno en particular, por su peso, por
el largo de su cadena o hilo, o simplemente porque nos infunde buenas
vibraciones.
Hay que eliminar los prejuicios que se
interponen en nuestro camino. La respuesta está en la mente y resulta
indiferente el cruzar las piernas, sentarse o caminar mientras formulas una
pregunta. Yo siempre llevo un péndulo al alcance mientras conduzco, es un
simple canto rodado con un cordón. Cuando paso frente a una iglesia
instintivamente utilizo el péndulo y pregunto "¿hay algún vórtice de
energía en esta iglesia?". Para ello no dejo de conducir. Las respuestas
son correctas en todos los casos que después he comprobado.
Sin embargo creo necesaria una
aclaración. Siempre hay que actuar sin prejuicios previos. Porque si alguien
formula una pregunta con los pies cruzados y está pensando que esto puede
influir en la respuesta, en realidad está creando un vínculo de inseguridad que
puede influir en la respuesta del inconsciente.
Una vez leí en un foro un curioso
artículo acerca de Hitler, que, amante del esoterismo, envió radiestesistas con
Rommel en la campaña del norte de África con la misión de encontrar agua y que
incluso fueron utilizados por la armada nazi para intentar localizar la
posición de los barcos aliados; más tarde el Ministerio de Defensa británico
intentó localizar las minas que tantas bajas les causaban con la ayuda de
radiestesistas.
Se resaltaba el fracaso de los mismos
buscando barcos y minas, pero no se comentaba si habían conseguido encontrar
agua en el desierto; estoy seguro de que sí que la encontraron. Lo de las minas
y los barcos es lógico, pues la Radiestesia no es un método de adivinación
(como algunos creen), y las minas en su vertical no creo que emitan una
radiación tan significativa como para poder encontrarlas. En cuanto a los
barcos…, al ser una masa férrica importante, existe la posibilidad de poder
detectarlos.
Por poner un ejemplo. Yo mismo en mis
prácticas he intentado en el campo buscar setas con el péndulo y el fracaso ha
sido total. También he intentado acertar el número de la lotería, buscar una
carta concreta en una baraja extendida, etc. Estos fracasos no me han hecho
pensar que la Radiestesia no funciona, pero sí me han hecho entender a qué
respuestas no puedo acceder.
Sin embargo, he comprobado que puedo
encontrar el agua con bastante facilidad y también las redes telúricas;
lógicamente, como no son visibles, no puedo demostrar que las localizo, pero yo
estoy convencido de que así es. Hay pruebas que lo acreditan: por ejemplo, si
ponemos una colmena de abejas en un lugar donde localizo una geopatía ésta
incrementa notablemente su producción; si localizo una línea de una red
telúrica en un lugar arbolado, sólo tengo que seguir su trayectoria para
encontrar que los árboles que crecen en la misma padecen de abultamientos y
deformaciones (no afecta a todas las especies).
Puedo, de hecho ya lo he comprobado, de
entre un grupo de gente decir quiénes tienen sensibilidad radiestésica
suficiente como para hacer que el péndulo se mueva (dando respuesta a sus
preguntas) y quiénes no, y por supuesto demostrarlo a continuación.
También puedo detectar qué persona tiene
un nivel vibracional muy bajo, la cual sin duda padecerá una importante
enfermedad.
Pero sin embargo no puedo predecir el
futuro. En una ocasión obtuve una respuesta de un hecho improbable que debía
acontecer en una fecha y a una hora concreta a tres meses vista, acerté y con
un fallo de tan solo 12 horas. Esto me hizo ilusionarme y ponerme a preguntar
cosas para comprobar los resultados. Tuve muy pocos aciertos. Desde entonces
sólo pregunto cosas personales.
Estamos acostumbrados a ver a los
videntes hacer sus pronósticos a fin de año y fallar estrepitosamente en la
mayor parte de sus predicciones, y, sin embargo, no se inmutan. Y esto por
desgracia también pasa con los radiestesistas. A veces leemos que alguien ha
conseguido cualquier logro y nosotros también nos sentimos capacitados para
hacer lo mismo, sin tan siquiera comprobar si lo leído era cierto.
Otro tema peliagudo es el de las personas
desaparecidas. Muchos radiestesistas se atribuyen la facultad de encontrarlas y
yo estoy convencido de que esto es posible, pero bajo unas circunstancias
concretas que aún no he descubierto y que con todos mis respetos dudo mucho que
alguien lo haya hecho. Y no porque yo me considere mejor que los demás, ni
mucho menos, es simplemente por una cuestión de lógica: no es imaginable el
hecho de que un radiestesista encuentre la forma de conectar con la energía o
con el inconsciente de las personas desaparecidas y no dedique su vida a
resolver estos casos. ¿Acaso hay algo que pueda aportar mayor gratitud, éxito o
reconocimiento que el devolver a un niño secuestrado a los brazos de su madre o
el cuerpo de una persona desaparecida a sus familiares?, lo que intento decir
es que un hecho de estas características tendría mucha repercusión y todos
estaríamos enterados.
Yo he conseguido encontrar a mi esposa en
una feria, un lugar abarrotado de gente, y sin saber con exactitud si ella se
encontraba allí. El péndulo me llevó a 5 m. de donde se encontraba. Allí había
una vecina que la acompañaba y me dijo que se encontraba en el puesto de al
lado, es decir me llevó al sitio en el que acababa de estar. Posiblemente el
inconsciente a través del espacio no trabaje a tiempo real.
También al llegar a casa y encontrar una
nota de mi hijo diciendo que estaba en el cine con unos amigos, he preguntado
dónde se encontraba en ese momento y el péndulo me ha marcado una dirección y
una distancia que coincidía con un centro comercial con cine, de los seis
posibles que hay en los alrededores; y, al volver, y preguntarle, he podido
comprobar mi acierto.
Con todo, esto no me hace pensar que
puedo encontrar a una persona desconocida. Pero no lo duden, cuando me
considere preparado lo intentaré desplazándome al lugar de los hechos, e
intentándolo desde su dormitorio, que es el lugar desde el que yo considero que
se debe intentar el ser consciente del cuerpo energético de la persona
desaparecida. Ya lo intenté desde casa aún sabiendo que así las posibilidades
eran escasas, en varios casos y sin aparentemente resultados positivos.
También hay radiestesistas que utilizan
el péndulo para diagnosticar carencias de minerales o vitaminas en el cuerpo y
diagnosticar enfermedades. Esto es posible. Al igual que sucede en
kinesiología, el cuerpo conoce sus propias carencias y de alguna forma estas
son recepcionadas por el inconsciente del radiestesista; pero esto no significa
que cualquiera con un mínimo de sensibilidad radiestésica pueda hacerlo desde
el primer día. En la Radiestesia, como en cualquier campo los éxitos llegan con
la práctica y la perseverancia.
Pero volvamos a hechos concretos. En el
siglo XV los mineros alemanes no se desprendían de su varilla y la utilizaban
para localizar filones de minerales. En 1640 la señora Martine de Berterau y su
esposo el Barón de Beausoleil publicaron el libro “La Restitución de Plutón”;
les quedó la reputación de ser los mejores descubridores de minas del mundo. Autorizados
por Luis XIII y el Cardenal Richelieu, descubrieron más de 150 minas de oro,
plata y cobre en los Pirineos, de hierro y de galena argentífera en el condado
de Foix, de carbón en el Languedoc, de turquesas en Samatan, de granates,
rubíes y ópalos en la región del Puy, y otras muchas en diversos lugares. Esta
señora utilizaba para sus prospecciones siete varillas de diferentes
aleaciones, usando para cada mineral la que según ella sintonizaba con el
mismo. Acabaron encerrados en la Bastilla acusados de pactar con el demonio.
A finales del siglo XVIII el Dr.
Tohuvenel publicó el libro “Memoria Física y Médica”; en él cuenta los
experimentos de un rabdomante llamado Bleton que localizó más de 800 venas
subterráneas en la Lorena y algunos yacimientos de hulla. Bleton utilizaba una
varilla de madera de 135 cm. que apoyaba sobre sus índices; al pasar sobre la
vena de agua, la varilla giraba sobre su eje.
Desde 1834 a 1843 el abate Paramelle
encontró en Francia más de 1000 venas de agua, contabilizando un total de 12
fracasos. En esta época los rabdomantes eran considerados brujos buenos.
En 1852, en Leipzig, el barón de
Reichembach publicó un estudio del péndulo para buscar agua y los efluvios del
cuerpo humano. Entre 1861 y 1881 el abate Richard recorrió varios países
encontrando más de 1000 acuíferos, para ello utilizaba un bastón en cuyo mango
llevaba incrustado un nivel de agua.
En 1863 el abate Carrié, cura de la
localidad de Barbaste, publicó un tratado de “hidroscopia y metaloscopia” o “El
arte de descubrir las aguas subterráneas y los yacimientos metalíferos por
medio de la electromagnética”. Esta es la publicación más importante de
carácter científico, hasta ese momento, referente a la búsqueda de agua y
minerales con una varilla.
A finales del siglo XIX, el rabdomante
italiano Chiabrera descubrió más de 1500 venas de agua. Poco después en
Francia, el padre Arconse, explorando una región del Ródano, encontró más de
1300 venas; utilizaba una varilla de hierro, un alambre o un péndulo, según
buscase un metal, agua, o la profundidad de estos.
El ingeniero hidrólogo M. de Rollière se
hace ayudar por un rabdomante para la creación de mapas de la hidrografía
subterránea de una gran parte de Francia, descubriendo también yacimientos de
hierro y carbón en las regiones del norte y del este de Francia.
En 1900 un negociante de vinos de Burdeos
llamado Jansé visita a sus proveedores en Argelia y al ver la carencia de agua
para la limpieza de las cubas, corta una rama de olivo y localiza una vena a
poca profundidad. Fue tal la repercusión de su descubrimiento en un país tan
árido, que su viaje previsto para dos meses, se prolongó cinco años, durante
los cuales localizó más de 100 venas. De regreso a su ciudad estudió la forma
de encontrar los metales, creando varios procedimientos originales. En 1907 se
publicó un libro, del cual fue autor el rabdomante Enrique Mager, titulado “Las
radiaciones de los cuerpos minerales, búsqueda de minas y vertientes por sus
radiaciones”; este libro trata principalmente los métodos creados por Jansé.
Así pues, la evidencia se reafirma en los
siguientes puntos:
1º) Que el agua subterránea y los
minerales emiten una radiación que en su vertical se percibe distinta.
2º) Que hay personas que tienen una
sensibilidad especial para detectar de forma inconsciente estas radiaciones.
3º) Que esta cualidad se hace consciente
través de los impulsos neuromusculares que el inconsciente manda a los músculos
de los brazos haciendo que las varillas o el péndulo se muevan en manos del
radiestesista.
Por lo tanto, sólo es necesario echar un
vistazo a la historia para ver que la Radiestesia no es un arte adivinatorio y
que a través de los tiempos se ha utilizado para detectar aquellos lugares en
que la radiación emitida por la Tierra varía con la de su entorno al atravesar
el agua o grandes cantidades de algún mineral.
Epifanio Alcañiz
Investigador de las energías telúricas
zahori33@yahoo.es