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La revolución tecnológica hace que no se pueda seguir
enseñando a los alumnos de la misma forma que antes
Los estudiantes que
están cursando Bachillerato o ESO ya nacieron con internet y no conciben un
mundo sin él. Para la mayoría de ellos las redes sociales son su medio de
comunicación. Comentar con sus amigos cualquier noticia por WhatsApp, Facebook
o Twitter es lo más natural para ellos e, incluso, les resulta más cómodo que
llamar por teléfono. Están acostumbrados a tener al alcance un sinfín de
aplicaciones y contenidos en todo momento. Pese a todo, hay muchos centros de
enseñanza que aún no permiten que la tecnología entre en sus clases. «Les
parece una distracción y es un grave error. Si se le da un uso adecuado, la
tecnología mejora el aprendizaje», indican Ricardo Oficialdegui y Álvaro
González, profesores en el Colegio Irabia-Izaga de Pamplona.
Ambos docentes han
aunado esfuerzos y conocimientos para crear un sistema de enseñanza y
aprendizaje llamado Polygon System, basado en tecnologías digitales y en
metodologías innovadoras surgidas de Harvard. Su éxito ha sido tal que ya ha
sido probado con éxito en las aulas de varios colegios españoles. Su máxima es
que la tecnología nunca debe ser el fin. «En este caso es solo una herramienta
puesta al servicio de la educación», afirma Ricardo Oficialdegui, uno de los
creadores de este sistema, licenciado en magisterio, profesor de música en
activo, y formador de Apple para la introducción de las tecnologías en las
aulas.
La propuesta de
González y Oficialdegui parte de que en los últimos años ha habido una
auténtica revolución tecnológica así que no podemos seguir enseñando a nuestros
alumnos de la misma forma que antes. «Debemos convertir al alumno en el
auténtico protagonista de su educación y esto es posible gracias a nuestro
método, que combina contenidos, metodología y tecnología para que el alumno no
sólo aprenda más sino para que también vaya aplicando los conocimientos que
adquiere. Aplica la teoría de las "inteligencias múltiples" y el
"aprendizaje cooperativo", potenciando y creando la llamada
"cultura del pensamiento", cuyo objetivo es el desarrollo del
pensamiento crítico y creativo.
NO
TODOS APRENDEMOS IGUAL
«La neurociencia ha
demostrado que no todos aprendemos de la misma forma. Hay alumnos que tienen
gran capacidad visual, otros prestan más atención al aspecto auditivo y otros
en cambio aprenden mucho más interactuando. Con este sistema el alumno aprende
los contenidos propios del curso mucho más motivado, de una manera mucho más
competencial y comunicativa con gran mejora progresiva en el trabajo
cooperativo. En los alumnos con necesidades especiales como ásperger y TDHA se
han notado mejores resultados, más integración en el aula con sus compañeros y
enganche a la asignatura. También podemos asegurar que los alumnos adquieren
una muy buena competencia digital», asegura González.
¿Y qué papel juega el
profesor en esta propuesta educativa? «Es fundamental —explican—, porque se
trata de una educación mucho más personalizada y por tanto debe ser él quien
guíe a cada alumno según sus competencias. Lo que ha ocurrido hasta ahora es
que cuando se ha intentado avanzar en la educación se ha abandonado al profesor
a su buen hacer. Hay que formar al profesorado en metodologías emergentes y en
tecnología. Nadie nace aprendido. No se puede transformar la educación sin
formar al profesorado», dice Oficialdegui. «Gracias a este método, los
profesores pueden preparar sus sesiones de una forma planificada adaptando los
proyectos a cada alumno de forma sencilla. Y los alumnos desarrollan una manera
de pensar y de relacionarse con sus compañeros y además mejoran su autoestima.
Todos ganan».
UNA
EXPERIENCIA VISUAL, TÁCTIL...
Ambos profesores ponen
como ejemplo el aprendizaje de una asignatura como Lengua y Literatura
Castellana. «En este caso nuestro sistema de enseñanza y aprendizaje es
interactivo, en formato "multitouch". Todos los proyectos que lo
conforman se encuentran interrelacionados entre sí y articulados mediante el
marco de la enseñanza para la comprensión. Uno de ellos, en concreto, se
sumerge en el proceso de creación guiada de cómics para comprender, a través de
ellos, contenidos específicos de Lengua y Literatura (desde la onomatopeya
hasta el relato mediante imágenes, de los adjetivos a la escritura de un guion
narrativo)».
En España hay siete colegios en Madrid (2), Valencia (2),
Alicante, Bilbao y Pamplona que ya están utilizando esta metodología con una
rutina inicial. (ABC)