Imagen antigua en la que aparece una de las monjas Hermanas de la Caridad junto a dos enfermos del Hospital
LOS FANTASMAS Y LA VERDADERA HISTORIA
DEL ANTIGUO HOSPITAL SAN JOSÉ
A
fines del siglo XIX, en plena epidemia de cólera, lo peor que le podía
pasar a un enfermo era ser enviado al
Hospital San José. Significaba que estaba desahuciado y listo para el
Cementerio General, que estaba al lado del recinto y separado sólo por un muro.
Aislado de la ciudad para evitar la propagación del contagio, al infortunado
sólo le restaba esperar lo inevitable, consumido por la deshidratación.
Las dependencias de ese mismo
hospital, abierto en 1872 a causa de epidemias como el cólera y la tuberculosis
y clausurado en 1999, sirven actualmente como sede de diversas corporaciones.
Recientemente, el viejo hospital fue utilizado como locación para “El juego del
miedo”, un reality de TVN conducido por
Carlos Pinto, que pasó con más pena que gloria por la pequeña pantalla y que
precipitadamente terminó a causa de su bajísimo ranking.
Y es que los fantasmas de pacotilla,
extras y actores maquillados y los más diversos trucos escénicos y de cámara,
no pudieron contra lo que es una evidente y constatada realidad: la existencia
de auténticos fantasmas en el viejo edificio, fantasmas que son desde hace años
sus verdaderos habitantes, y algunas de cuyas historias conocen muy bien
quienes trabajan en este hospital
decimonónico.
Las monjas fumadoras, el doctor que
atraviesa las paredes, el fraile sin cabeza, la matrona vestida de rojo…
Por sus dos largos pasillos y su
jardín de cinco hectáreas, las monjas fumadoras son las más famosas. Cuentan
que sólo aparecen cuando se cierran las puertas del recinto. “Acá todos saben
que hay dos monjas que se ponen afuera de la capilla a fumar”, dijo a ‘El
Mercurio online’ Manuel Velásquez, un guardia de este sector de Independencia.
“Pero no hay que tenerles miedo, no hacen nada”, agrega.
Se cree que las religiosas eran
voluntarias de las Hermanas de la Caridad, ese grupo de valientes mujeres que
cuidaban enfermos tuberculosos. Nadie lo hacía por temor a contagiarse.
Las otras apariciones también están
relacionadas con personas que trabajaron en el San José como, por ejemplo, el
doctor que atraviesa las paredes. Se trataría de un médico que murió de improviso
a mediados de 1900. “Es un hombre alto y enjuto. A veces decide alargar su
paseo por uno de los pasillos y camina hacia la pared que separa el hospital
del Cementerio General”, cuenta el cuidador de autos Raúl Maldonado. “Si quiere
dar más pasos, simplemente atraviesa la
pared”.
No tan tranquilo es el fraile que
pasea por los parques que separan los pabellones médicos. Usa un traje café y
de su cadera cuelga una pequeña cuerda. Su rostro es un misterio porque nunca
se quita la capucha. Eso ha generado varias versiones. Testigos aseguran que no
tiene cabeza. Pero otros dicen que sólo la esconde. ¿El motivo? No se sabe.
Magdalena Spencer, directora de
proyectos del Centro de Estudios para la Calidad de Vida, dice que ella convive
armónicamente con “esas energías”, por eso pide permiso cada vez que va a
ocupar por primera vez alguna oficina del edificio. Eso, dice, le permite
trabajar muy tranquila.
Durante las grabaciones del programa
antes mencionado, testigos afirman haber visto sombras en las paredes que no se
sabía de dónde surgían y se escucharon ruidos extraños. También llamó la
atención que se rompían cañerías de agua sin motivo aparente. Y una
participante dijo que no podía caminar por un sector ya que una fuerza
invisible se lo impedía. Responsables de TVN afirmaban que de eso se trataba el fallido ‘reality’
“El juego del miedo”, de la capacidad de manejar las emociones. En otras
palabras, controlar los engaños de la mente.
Pero, ¿qué pasaría si se encontraran
con la mujer de rojo? Aunque hace más de diez años que la maternidad del
hospital dejó de funcionar, por las tardes aparece una mujer esperando que un
niño necesite de sus cuidados. Se cree que pudo ser una matrona, porque se
mueve con seguridad, como dando órdenes, y no saluda. El guardia Carlos Lema
dice que “aparece en los rincones más oscuros de la maternidad y su presencia es tenebrosa, porque en esa área
la iluminación es escasa y la soledad, intensa”.
Fachada principal del antiguo
hospital
La historia del hospital
El antiguo Hospital San José es parte
significativa de la memoria de la salud pública del país. Fue construido entre
1841 y 1872, correspondiendo originalmente al “Lazareto de El Salvador”. Su
principal función a principios de siglo fue atender enfermedades infecto-contagiosas,
dedicando un tercio del hospital para los enfermos de tuberculosis.
En 1872 se produjo una gran epidemia
en Chile, que obligó a ocupar dicho establecimiento, que todavía no estaba
terminado, por no haber espacios disponibles en ningún otro lugar aislado. La
ubicación del Hospital, junto al Cementerio General, no es casualidad: en esa
época se temía ubicarlo en cualquier barrio donde terminara contagiando a gente
sana y por lo tanto, se localizó ahí con puertas de acceso directo al Cementerio,
porque los enfermos de cólera y viruela eran prácticamente desahuciados.
Por otra parte, careciendo de muchas
alternativas, fue el Cementerio General el que ofreció parte de sus terrenos
para este nuevo lazareto, atendido por las Hermanas de la Caridad. Este
lazareto, al igual que todos los centros de infecto-contagiosos de la época,
fue asumido por monjas, cuyo aporte fue muy valioso, por cuanto arriesgaban su
vida a diario. No existiendo mayores remedios, entraba la víctima de cólera o
viruela, encomendándose a la imagen de San José, en el acceso (hoy ubicada en
el nuevo Hospital), como también en la hermosa gruta, lugares donde los
familiares dejaban velas y flores para que este santo y la Virgen protegieran
al enfermo.
El viejo edificio cuenta con gran
cantidad de salas unidas por pasillos abiertos, lo que permitió crear una
jardinería notable, albergando hoy árboles centenarios. Destaca su fachada
principal de estilo colonial y el ingreso por un gran zaguán. En el interior
hay una pequeña capilla con un altar de mármol, imágenes religiosas y notables
vitrales.
Su localización, en el sector Norte de Santiago, sitúa a este
establecimiento en el epicentro de la historia de la medicina chilena. Hacia
1960 el Hospital San José se planteó como un Hospital General y en 1980 se
convirtió en hospital base del Área Metropolitana Norte. Su historia como
establecimiento de salud culmina en agosto de 1999, cuando el Hospital San José
se traslada a su nuevo y moderno edificio levantado frente del antiguo.
El Antiguo Hospital San José se salvó
de la demolición, trágico destino de muchos edificios de valor patrimonial,
gracias a la iniciativa de proponer su declaración como Monumento Nacional,
impulsada por la Dra. María Luisa Cayuela, Directora del Servicio de Salud
Norte de la Región Metropolitana entre 1996 y 1999. El 17 de enero del 2000 el
Ministerio de Educación hizo efectiva la declaración del Antiguo Hospital San
José como Monumento Nacional, “por sus valores arquitectónicos y por el legado
histórico de este edificio, al ser parte de la memoria de la salud en Chile”.
El Templo
de la Luz Interior
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