GASTÓN SOUBLETTE POSTULA "PRESENCIA"
DE GABRIEL VALDÉS DESPUÉS DE SU MUERTE
En carta enviada a "El Mercurio", Soublette
señala que "inmediatamente después del fallecimiento de Gabriel Valdés,
sus tres hijos han vivido una experiencia insólita".
Esta carta fue publicada en la edición de este
viernes 2 de diciembre en el diario "El Mercurio". La firma el
destacado profesor, musicólogo y filósofo Gastón Soublette.
Señor director:
Inmediatamente después del fallecimiento de
Gabriel Valdés, sus tres hijos han vivido una experiencia insólita, la cual con
sólo diferencias de tiempo y lugar, constituye, psicológicamente hablando, un
mismo fenómeno. A los tres los ha visitado un pájaro que inadvertidamente ha
entrado al espacio en que se hallaban, y después de revolotear unos segundos se
ha posado sobre un objeto situado frente a ellos y sin demostrar miedo alguno
los ha mirado al rostro.
Al mayor de ellos le ocurrió en Valdivia. A su
hija le ocurrió en su oficina, y al menor, el director de orquesta, le ocurrió
en el Vaticano en presencia del Papa Benedicto XVI, mientras dirigía un
concierto organizado por el Pontífice para el cual se le invitó con la orquesta
sinfónica española "Príncipe de Asturias".
El concierto había comenzado cuando el extraño
visitante alado entró en la sala por no se sabe dónde y se posó sobre un
micrófono frente al director, mirándolo al rostro en completa inmovilidad.
Pero ante lo que pudo ser considerado como una
simple coincidencia, cómica en cierta medida, y conociendo los antecedentes de
lo ocurrido a sus hermanos, el director, invadido por una fuerte emoción, se
vio obligado a interrumpir el concierto, quedando todos en un suspenso que sólo
se atrevió a romper su esposa, quien se acercó al estrado de la dirección y le
dijo lo que ni él mismo se atrevió a pensar hasta ese momento...
El Papa también fue testigo del hecho, y la
permanencia del ave inmovilizada frente al director fue lo suficientemente
prolongada como para que alguien alcanzara a tomar una fotografía en que figuran
los dos mirándose.
Algo semejante ocurrió después del
fallecimiento del musicólogo y ex vicerrector de la PUC de Chile, Samuel Claro
Valdés. Su esposa y su hermana fueron visitadas por una loica que se paró
frente a ellas y las miró al rostro sin moverse. Cuando falleció la hermana de
Samuel, mi hija Isabel, que era amiga de ella, fue también visitada por la
loica.
Karl Gustav Jung, en sus historiales clínicos
ha registrado muchos casos semejantes. Él da una explicación científica a estos
hechos, en el sentido de que se trata de un arquetipo muy arcaico del
inconsciente colectivo que se proyecta en el mundo objetivo por el fenómeno
analógico de la "sincronicidad" (la antigua creencia de que el alma
del difunto sale de él en forma de ave). Pero esa explicación puede cubrir sólo
una parte del fenómeno global, en lo que se refiere a la elección de una imagen
por el inconsciente. Siempre quedará un amplio margen de misterio sobre lo que
ocurre de inmediato a quien deja de ser un habitante del mundo.
Según los
numerosos casos que se conocen de fenómenos similares a los relatados aquí, es
mejor pensar que el difunto de algún modo y por algún tiempo no se aleja del
ámbito en que viven sus seres queridos y les da muestras de su proximidad y su
afecto.
Gastón Soublette
Fuente: La Segunda (03.03.2014)
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