domingo, 17 de agosto de 2014

ENTRE SENSACIONES, PERCEPCIONES Y FANTASÍAS .........

LOS TRASTORNOS DE LA PERCEPCIÓN EN LA INVESTIGACIÓN PARAPSICOLÓGICA

"No es oro todo lo que reluce", ni todo el monte es orégano; y, por supuesto, no todo suceso aparentemente extraño es un fenómeno paranormal. Considero que una buena formación en ciertas temáticas psicológicas es una buenísima herramienta para cualquier investigador de fenómenos paranormales.

En la vida nos tropezamos con una gran cantidad de hechos que nos dejan desconcertados o abrumados por su extrañeza y misterio. Hechos que muchos pudieran ser manifestaciones de una alteración de nuestra psiquis. Los suaves susurros que nos llaman por nuestro nombre de pila, una fugaz sombra observada por el rabillo del ojo o la fría sensación de que alguien invisible nos observa pueden ser síntomas de una alteración de la percepción. No, no se alarme, pues es algo que ocurre con cierta frecuencia y es normal que suceda mientras no se repita excesivamente.

SENSACION Y PERCEPCION

Hablar de alucinaciones es algo muy complejo, pues diferenciar con claridad un fenómeno alucinatorio de una verdadera visión paranormal es tarea de un minucioso estudio. Vayamos por partes. La alucinación es el resultado de un trastorno o alteración de la percepción. Para aclarar conceptos la percepción es un conocimiento adquirido mediante un proceso de sensación. Es decir, cualquiera de nuestros órganos de estimulación sensorial puede recibir una señal del exterior y procesada en nuestro cerebro (sensación) y este proceso nos ofrece un conocimiento para nuestro aprendizaje (percepción).

Así, la percepción podría equipararse con los conceptos de discriminación o diferenciación, por lo que en el proceso de la misma intervienen tres componentes:

          1. PROCESO DE PERCEPCION SENSORIAL, en relación con los receptores visuales, auditivos, etc.
                2. PROCESO DE SIMBOLIZACION. Nuestras percepciones se relacionan con un concepto. Cuando observamos, por ejemplo, un objeto cualquiera, los receptores nos permitirán hacer distinciones de ese objeto; tamaño, forma, color, temperatura, etc.
                3. PROCESO EMOCIONAL. Este proceso está relacionado con las percepciones que pueden ir estrechamente relacionadas con un proceso emocional, proporcionándonos sensaciones agradables o desagradables.

Algunos investigadores advierten de que muchas percepciones están determinadas por una serie de factores innatos y ya adquiridos. Es decir, las estructuras de la percepción pueden estar ligadas a factores biológicos hereditarios y ello determinará las distintas modalidades propias y personales de cada uno, pero estas estructuras pueden ser modificadas a través del aprendizaje y de las experiencias del propio individuo.

 ¿ES REAL LO QUE PERCIBIMOS?

Generalmente, todos los estímulos sensoriales son complementarios entre sí y suelen ser congruentes incluso con las ideas y conocimientos que hayamos adquirido a través de las experiencias vividas. Si estas condiciones se dan entonces las percepciones son correctas, en caso contrario, si las condiciones son adversas sufrimos lo que se llama una PERCEPCIÓN CONFUSA o una ILUSIÓN.
               
Las percepciones pueden ser confusas al recibir estímulos muy débiles, poco estructurados o la breve duración del estímulo. Por ejemplo, hemos creído oír decir a alguien nuestro nombre susurrado, cuando en realidad se trató de un murmullo del viento a través de una grieta.
               
Las ilusiones, por tanto, son FALSAS PERCEPCIONES producidas por ciertas características de un estímulo o también puede ser que tengamos limitado algún órgano sensorial. Muchos test visuales utilizan numerosos juegos visuales basados en la ilusión óptica haciéndonos creer ver lo que no es, midiendo con ello nuestras capacidades de percepción. También las fuertes emociones o una autosugestión pueden provocar ilusiones temporales.
               
Vemos pues que nuestra mente puede llegar a jugarnos malas pasadas en ciertos momentos de nuestra vida y hacernos creer lo que es irreal o distinto, pues a veces confundimos las cosas o nosotros mismos le damos cierta forma.
               
Al comienzo de este artículo dije que este tipo de trastornos o alteraciones, si se experimentan infrecuentemente no es síntoma de enfermedad. Ahora bien, existen ciertas enfermedades que pueden llegar a producir alteraciones de este tipo. Por ejemplo, la agnosia, que es la incapacidad de recordar, reconocer e interpretar correctamente el significado de las impresiones de los sentidos; o la histeria, que se produce por un conflicto emocional alterando las funciones físicas o afectando incluso a los órganos sensoriales llegando a padecer anestesia, macropsia o micropsia (creer que los objetos son más grandes o más pequeños, respectivamente).
               
Existe otro trastorno, y este suele presentarse frecuentemente en experiencias supuestamente paranormales. A veces después de una vivencia paranormal pueden llegarse a sufrir alteraciones de este tipo. Recalco el hecho de que no ciertas experiencias paranormales sean producto de trastornos de la percepción, pero si considero que es un importante factor a tener en cuenta por las investigaciones. Este trastorno tan discutido es la alucinación. Pero, ¿qué es una alucinación? El Diccionario de Psicología (Ed. Orbis, Barcelona 1985), la define como una "sensación subjetiva que no va precedida de impresión de los sentidos. Puede afectar a los cinco sentidos y también a la psique; el sujeto que sufre de Alucinación cree ver objetos, oír voces, etc., que no existen. La Alucinación se distingue, pues, de la ilusión que modifica una realidad ya existente, por ejemplo ver un fantasma en vez de un árbol. La Alucinación proviene de una disolución de la consciencia. El sujeto proyecta sus propios sentimientos que son percibidos luego como sensaciones recogidas de la realidad a través de los sentidos".
               
Existen diferentes tipos de alucinación, una de ellas, la llamada ALUCINACION HIPNAGOGICA, que son falsas percepciones, son producidas en los momentos de transición entre la vigilia y el sueño y viceversa.
               
Junto a la alucinación, hay otras formas de denotación psicótica, como la ilusión, ya comentada, y la DISLUSION que es la deformación de objetos reales, pero que el observador sabe que la deformación es la imagen que forma el objeto, no del objeto en sí. Un caso muy típico es el que sufren los alcohólicos (delirium tremens), que pueden ver deslizarse los objetos sobre la mesa, descender del techo o levitar. En estos casos el objeto externo es suplantado por una proyección interna.
               
Además de estos existen otros trastornos, otras formas de delirio:

                1. DELIREMAS DEL TIPO 1. (deliremas es el vocablo que da cuenta de la formación verbal de lo delirado). En este grupo el sujeto puede oír una voz y éste le confiere una significación de que por ello es santo o será asesinado.
               
                2. DELIREMAS DEL TIPO 2, también llamados FANTASÍAS DELIRANTES en las que el sujeto cree hablar con un fallecido o comunicarse con una famosa entidad.

Para poder discernir un fenómeno alucinatorio hará falta primero conocer las causas que lo producen, pudiendo ser éstas muy variadas. Cualquier intoxicación pueden provocarlas, o en algunas enfermedades febriles. Pero frecuentemente, donde con mayor facilidad pueden presentarse son en las neurosis y en ciertas enfermedades psíquicas. Con respecto a la neurosis nos encontramos con el ya mencionado histerismo y en la epilepsia.
               
Igualmente se pueden formar situaciones alucinatorias por traumatismos, por grandes emociones, por inanición, enfermedades digestivas y cardio-vasculares o por el consumo de algunas drogas.
               
Reconocer a una persona que esta padeciendo una alucinación es relativamente fácil, pues en las alucinaciones el sujeto reconoce el estímulo objetivo y se convence de la realidad de su falsa percepción. Al contrario como cuando una persona experimenta una ilusión, pues siempre hay un estímulo externo evidente y posteriormente el sujeto reconoce su falsa percepción, aquí hablamos ya del sentido crítico.
               
Hasta ahora hemos estado hablando de alucinaciones que pueden surgir en la vida ordinaria, pero hay alucinaciones cuya causa puede no ser "física" y es totalmente independiente de quien la experimenta. Este es el caso de las llamadas alucinaciones telepáticas, siendo estas tan claras como una percepción normal. Una de las mayores características de este tipo de alucinación es que son eventualmente colectivas. Las alucinaciones no telepáticas no son compartidas.
               
Es evidente que nuestro cerebro esconde muchos caminos por explorar, y uno de esos caminos difíciles es saber con certeza y claridad si lo que alguien vio en una noche oscura fue una aparición, si lo que oyó fue un mensaje del espacio o lo que sintió a sus espaldas fue la ignota presencia invisible de un ser adimensional. Si optamos por una radical tendencia a que todo son alucinaciones estamos desechando otras hipótesis, al igual que si nos acercamos demasiado al misterio, desechamos igualmente una tangible realidad. Situemos el punto de mira en el centro y cada fenómeno tendrá su explicación.

Francisco Cabrera,  investigador independiente, de nacionalidad española.



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