LOS TRASTORNOS
DE LA PERCEPCIÓN EN LA INVESTIGACIÓN PARAPSICOLÓGICA
"No es oro todo lo que
reluce", ni todo el monte es orégano; y, por supuesto, no todo suceso
aparentemente extraño es un fenómeno paranormal. Considero que una buena formación
en ciertas temáticas psicológicas es una buenísima herramienta para cualquier
investigador de fenómenos paranormales.
En la vida nos tropezamos
con una gran cantidad de hechos que nos dejan desconcertados o abrumados por su
extrañeza y misterio. Hechos que muchos pudieran ser manifestaciones de una
alteración de nuestra psiquis. Los suaves susurros que nos llaman por nuestro
nombre de pila, una fugaz sombra observada por el rabillo del ojo o la fría
sensación de que alguien invisible nos observa pueden ser síntomas de una
alteración de la percepción. No, no se alarme, pues es algo que ocurre con
cierta frecuencia y es normal que suceda mientras no se repita excesivamente.
SENSACION Y PERCEPCION
Hablar de
alucinaciones es algo muy complejo, pues diferenciar con claridad un fenómeno
alucinatorio de una verdadera visión paranormal es tarea de un minucioso
estudio. Vayamos por partes. La alucinación es el resultado de un trastorno o
alteración de la percepción. Para aclarar conceptos la percepción es un
conocimiento adquirido mediante un proceso de sensación. Es decir, cualquiera
de nuestros órganos de estimulación sensorial puede recibir una señal del
exterior y procesada en nuestro cerebro (sensación) y este proceso nos ofrece
un conocimiento para nuestro aprendizaje (percepción).
Así, la
percepción podría equipararse con los conceptos de discriminación o
diferenciación, por lo que en el proceso de la misma intervienen tres
componentes:
1. PROCESO DE PERCEPCION SENSORIAL, en relación con los receptores
visuales, auditivos, etc.
2. PROCESO DE SIMBOLIZACION. Nuestras percepciones se relacionan con
un concepto. Cuando observamos, por ejemplo, un objeto cualquiera, los
receptores nos permitirán hacer distinciones de ese objeto; tamaño, forma,
color, temperatura, etc.
3. PROCESO EMOCIONAL. Este proceso está relacionado con las
percepciones que pueden ir estrechamente relacionadas con un proceso emocional,
proporcionándonos sensaciones agradables o desagradables.
Algunos
investigadores advierten de que muchas percepciones están determinadas por una
serie de factores innatos y ya adquiridos. Es decir, las estructuras de la
percepción pueden estar ligadas a factores biológicos hereditarios y ello determinará
las distintas modalidades propias y personales de cada uno, pero estas
estructuras pueden ser modificadas a través del aprendizaje y de las
experiencias del propio individuo.
¿ES REAL LO QUE PERCIBIMOS?
Generalmente,
todos los estímulos sensoriales son complementarios entre sí y suelen ser
congruentes incluso con las ideas y conocimientos que hayamos adquirido a
través de las experiencias vividas. Si estas condiciones se dan entonces las
percepciones son correctas, en caso contrario, si las condiciones son adversas
sufrimos lo que se llama una PERCEPCIÓN CONFUSA o una ILUSIÓN.
Las percepciones
pueden ser confusas al recibir estímulos muy débiles, poco estructurados o la
breve duración del estímulo. Por ejemplo, hemos creído oír decir a alguien
nuestro nombre susurrado, cuando en realidad se trató de un murmullo del viento
a través de una grieta.
Las ilusiones,
por tanto, son FALSAS PERCEPCIONES producidas por ciertas características de un
estímulo o también puede ser que tengamos limitado algún órgano sensorial.
Muchos test visuales utilizan numerosos juegos visuales basados en la ilusión
óptica haciéndonos creer ver lo que no es, midiendo con ello nuestras
capacidades de percepción. También las fuertes emociones o una autosugestión
pueden provocar ilusiones temporales.
Vemos pues que
nuestra mente puede llegar a jugarnos malas pasadas en ciertos momentos de
nuestra vida y hacernos creer lo que es irreal o distinto, pues a veces
confundimos las cosas o nosotros mismos le damos cierta forma.
Al comienzo de
este artículo dije que este tipo de trastornos o alteraciones, si se
experimentan infrecuentemente no es síntoma de enfermedad. Ahora bien, existen
ciertas enfermedades que pueden llegar a producir alteraciones de este tipo.
Por ejemplo, la agnosia, que es la incapacidad de recordar, reconocer e
interpretar correctamente el significado de las impresiones de los sentidos; o
la histeria, que se produce por un conflicto emocional alterando las funciones
físicas o afectando incluso a los órganos sensoriales llegando a padecer
anestesia, macropsia o micropsia (creer que los objetos son más grandes o más
pequeños, respectivamente).
Existe otro
trastorno, y este suele presentarse frecuentemente en experiencias
supuestamente paranormales. A veces después de una vivencia paranormal pueden
llegarse a sufrir alteraciones de este tipo. Recalco el hecho de que no ciertas
experiencias paranormales sean producto de trastornos de la percepción, pero si
considero que es un importante factor a tener en cuenta por las
investigaciones. Este trastorno tan discutido es la alucinación. Pero, ¿qué es
una alucinación? El Diccionario de Psicología (Ed. Orbis, Barcelona 1985), la
define como una "sensación subjetiva que no va precedida de impresión de los
sentidos. Puede afectar a los cinco sentidos y también a la psique; el sujeto
que sufre de Alucinación cree ver objetos, oír voces, etc., que no existen. La
Alucinación se distingue, pues, de la ilusión que modifica una realidad ya
existente, por ejemplo ver un fantasma en vez de un árbol. La Alucinación
proviene de una disolución de la consciencia. El sujeto proyecta sus propios
sentimientos que son percibidos luego como sensaciones recogidas de la realidad
a través de los sentidos".
Existen diferentes
tipos de alucinación, una de ellas, la llamada ALUCINACION HIPNAGOGICA, que son
falsas percepciones, son producidas en los momentos de transición entre la
vigilia y el sueño y viceversa.
Junto a la
alucinación, hay otras formas de denotación psicótica, como la ilusión, ya
comentada, y la DISLUSION que es la deformación de objetos reales, pero que el
observador sabe que la deformación es la imagen que forma el objeto, no del
objeto en sí. Un caso muy típico es el que sufren los alcohólicos (delirium tremens),
que pueden ver deslizarse los objetos sobre la mesa, descender del techo o
levitar. En estos casos el objeto externo es suplantado por una proyección
interna.
Además de estos
existen otros trastornos, otras formas de delirio:
1. DELIREMAS DEL TIPO 1. (deliremas es el vocablo que da cuenta de la
formación verbal de lo delirado). En este grupo el sujeto puede oír una voz y
éste le confiere una significación de que por ello es santo o será asesinado.
2. DELIREMAS DEL TIPO 2, también llamados FANTASÍAS DELIRANTES en las que el sujeto cree hablar con un fallecido o
comunicarse con una famosa entidad.
Para poder
discernir un fenómeno alucinatorio hará falta primero conocer las causas que lo
producen, pudiendo ser éstas muy variadas. Cualquier intoxicación pueden
provocarlas, o en algunas enfermedades febriles. Pero frecuentemente, donde con
mayor facilidad pueden presentarse son en las neurosis y en ciertas
enfermedades psíquicas. Con respecto a la neurosis nos encontramos con el ya
mencionado histerismo y en la epilepsia.
Igualmente se
pueden formar situaciones alucinatorias por traumatismos, por grandes
emociones, por inanición, enfermedades digestivas y cardio-vasculares o por el
consumo de algunas drogas.
Reconocer a una
persona que esta padeciendo una alucinación es relativamente fácil, pues en las
alucinaciones el sujeto reconoce el estímulo objetivo y se convence de la
realidad de su falsa percepción. Al contrario como cuando una persona
experimenta una ilusión, pues siempre hay un estímulo externo evidente y
posteriormente el sujeto reconoce su falsa percepción, aquí hablamos ya del
sentido crítico.
Hasta ahora
hemos estado hablando de alucinaciones que pueden surgir en la vida ordinaria,
pero hay alucinaciones cuya causa puede no ser "física" y es
totalmente independiente de quien la experimenta. Este es el caso de las
llamadas alucinaciones telepáticas, siendo estas tan claras como una percepción
normal. Una de las mayores características de este tipo de alucinación es que
son eventualmente colectivas. Las alucinaciones no telepáticas no son
compartidas.
Es evidente que
nuestro cerebro esconde muchos caminos por explorar, y uno de esos caminos
difíciles es saber con certeza y claridad si lo que alguien vio en una noche
oscura fue una aparición, si lo que oyó fue un mensaje del espacio o lo que
sintió a sus espaldas fue la ignota presencia invisible de un ser adimensional.
Si optamos por una radical tendencia a que todo son alucinaciones estamos
desechando otras hipótesis, al igual que si nos acercamos demasiado al
misterio, desechamos igualmente una tangible realidad. Situemos el punto de
mira en el centro y cada fenómeno tendrá su explicación.
Francisco Cabrera, investigador
independiente, de nacionalidad española.
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