Los expertos aseguran
que el daño en las obras es irreversible. Las cuevas que las albergan llevan
años con acceso libre y sin vigilancia
El paso de los años, pero sobre todo los turistas han dañado
las cuevas de Anzota, en la región norteña de Arica. Una comisión del Consejo
de Monumentos Nacionales de Chile se ha desplazado a la zona para ver in situ
las pintadas y daños que han causado los visitantes a unas pinturas rupestres
atribuidas a la cultura Tiwanaku.
La visita esta semana del cantautor Felipe Sandoval al lugar
lo ha cambiado todo. En su cuenta de Twitter compartió unas fotos en la que se
ven grafitis y mensajes sobre la pared rugosa en la que había pintadas animales
y vasijas, típicas de artesanía tradicional de la región. Su mensaje logró
captar la atención.
Indignante. Las pinturas rupestre de los camélidos,
pertenecientes a la cultura Tiwanaku en las Cuevas de Anzota, Arica (600 d.C
aprox.) fueron rayadas con pintura en aerosol. Un daño irreparable a nuestro
patrimonio.
¿Hasta cuándo?
Las cuevas se encuentran en un entorno de singular belleza,
al final de un camino en una montaña que se abrió en los años 60. El trayecto
ha sido restaurado recientemente por el Ministerio de Obras Públicas para
fomentar el turismo en la región, una de sus principales fuentes económicas.
Pero en concreto la zona de las cuevas queda fuera del plan. El cartel que las
precede advierte: “Sitio Arqueológico Área preservada para su futuro estudio y
puesta en valor”. Lo que no ha impedido que durante décadas los visitantes
hayan dejado sus huellas.
Los funcionarios chilenos tienen previsto hacer un estudio,
después del revuelo suscitado en los últimos días. El secretario regional
ministerial de Obras Públicas, Jorge Cáceres, señaló que el rayado en la piedra
no es reciente. En declaraciones recogidas por el medio digital soychile señaló
que durante las obras no limpiaron las pintadas “por prudencia”.
La arqueóloga y académica de la Universidad de Tarapacá,
Marcela Sepúlveda, lamentó que el daño que se ha hecho al conjunto de pintura
rupestre a lo largo de los años es “irreparable”. El problema es que “cualquier
intervención para limpiarlo igualmente afectará al panel”, explicó a EL PAÍS.
La arqueóloga espera, sin embargo, que el interés suscitado
sea una ocasión para concienciar y mejorar el cuidado del patrimonio chileno.
Las cuevas han estado al aire libre y sin seguridad durante décadas. Tampoco se
conoce con exactitud la data del yacimiento. Por eso considera que “es una
oportunidad para que se haga un estudio serio y sistemático”.
Fuente: El País
Fotos: Felipe Sandoval
Fotos: Felipe Sandoval
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