EL MAPA NO ESTA EXPUESTO AL PUBLICO
El Museo de Topkapi Sarayi en Estambul
esconde uno de los grandes misterios de la historia: el mapa de Piri Reis.
Pintado sobre una piel de gacela y decorado con dibujos de animales exóticos,
este mapa del Océano Atlántico encierra un sinfín de preguntas que ningún
experto ha conseguido responder.
Este misterio ha sido fuente de inspiración para la videoartista Rosana Antolí, cuya obra Piri Reis. La Continuación de un mito se puede visitar en la Fundación BBVA (Paseo de Recoletos 10, Madrid) hasta el próximo 20 de julio. Antolí no intenta reescribir la historia del navegante otomano, repleta de incógnitas y vacíos, sino que la utiliza de ejemplo de cómo las grandes civilizaciones van relegando al olvido a pueblos indígenas como los mapuches.
En 1929, el Palacio de Topkapi estaba en proceso de convertirse en museo. Unos operarios encontraron escondido dentro una pared un mapa dibujado por Piri Reis en 1513. Al principio se creyó que el mapa formaba parte de El Libro de las Materias Marinas, publicado por el otomano en 1521, y que recogía información exhaustiva del Mediterráneo. Sin embargo, al estudiarlo con mayor atención, se comprobó que los trazos dibujados pertenecían a la parte más meridional de América, que no se había descubierto en aquel momento.
Los márgenes del mapa están plagados de inscripciones que remiten al mismo Cristóbal Colón. Según Piri Reis, el descubridor de América realizó su viaje a través del Atlántico guiado por un libro que databa de la época alejandrina y que describía esta tierra y las costumbres de quienes la habitaban. En los márgenes también se puede leer que las fuentes de Piri Reis para elaborar estos mapas eran “los antiguos dioses del mar”. Además, el mapa incluye numerosos dibujos de animales exóticos que aún no habían sido descubiertos, situados en los puntos exactos donde habitan.
La teoría más extendida para explicar este misterio es que el célebre corsario Kemal Reis, tío de Piri Reis, abordó un barco español en 1501 y capturó a uno de los tripulantes que había viajado en 1492 en la primera expedición a América junto a Cristóbal Colón. Además del testimonio de este marinero, el cartógrafo contaba con cuatro mapas portugueses que encontró en el barco asaltado por su tío.
Sin embargo, hay numerosos datos a los que Piri Reis no podría haber accedido a través de ninguna fuente colombina. El ejemplo más claro y extraño es el dibujo preciso de la Antártida, que aparece perfectamente delimitada y desprovista de hielo. Se puede observar el perfil de la costa en dientes de sierra con el mismo contorno que tiene en la actualidad bajo el hielo glaciar.
Estas tierras fueron avistadas por primera vez de manera oficial en 1820 por los exploradores Fabian Gottlieb von Bellingshausen y Mijaíl Lázarev. Aunque alguien hubiera descubierto la Antártida antes, no podría haber visto tierra, ya que se calcula que la última vez que este continente estuvo libre de hielo fue hace más de 4.000 años.
A pesar de ser el orgullo de Turquía, el mapa de Piri Reis no está expuesto al público. Son pocos los privilegiados que consiguen permiso para poder observarlo debido a su fragilidad, lo que hace que el misterio que le rodea siga creciendo día a día.
Marta Torres Briegas
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