Según medios italianos, el espíritu de Napolén vaga
por el Palacio de Lucca. Varios especialistas, con sofisticado instrumental,
tratan de demostrar su presencia
Ilustración: Borja González Hoyos
Italia es un país habitado por
fantasmas. Ahora se ha desatado la caza de Napoleón. Así lo informan destacados
medios del país, comenzando por la agencia oficial de noticias ANSA: «Piazza
Grande y Pallazo Ducale en Lucca estarían infectados por un fantasma, y no se
trata de un fantasma cualquiera, sino el del emperador Napoleón Bonaparte». No
es algo raro la aparición de fantasmas en Italia. Existe un inventario recogido
en un documento presentado en la Bienal del Paisaje en el 2010 en el que se
ofrecía un inventario de 1.000 pueblos italianos abandonados, porque la
población los creía infectados por espectros o espíritus.
El de Napoleón es solo uno de
los últimos casos. Los encuentros con el ilustre fantasma se cuentan ya por
decenas desde el 2015. El más misterioso e intrigante, al menos para los
expertos en espectros, se produjo el 24 de enero al atardecer, cuando el
espíritu, perfectamente reconocible, se mostró a cuatro transeúntes. Les habría
hablado en perfecto italiano y también en francés, contándoles una «oscura
profecía». Después, tras saludarlos cordialmente, «desapareció en un muro del
Palacio Ducal de Lucca». La noticia de las apariciones, al menos veinte, llegó
al National Ghost Uncover, grupo italiano de estudiosos de lo paranormal, con
base en Forli y compuesto por 102 miembros de toda Italia. Varios de estos
especialistas, capitaneados por su presidente, Massimo Merendi, llegaron el
jueves a Lucca, una bella ciudad Toscana de 86.000 habitantes que conserva
intactas sus murallas medievales. Con batas blancas y sofisticados
instrumentos, «rigurosamente científicos», según ellos, tratan de lograr
pruebas de la presencia de Napoleón, ante la mirada curiosa y un tanto
escéptica de los luqueses, aunque todos saben que los destinos de Lucca y de
Bonaparte se han entrecruzado en la historia. En 1805 Napoleón se apoderó de
esta ciudad-estado y colocó al mando como «princesa de Lucca» a su hermana
menor, Elisa Bonaparte, que gobernó en el palacio Ducal, hoy sede de la
provincia, donde el espectro napoleónico ama hacerse ver a algunos transeúntes.
ROMA, CAPITAL PREFERIDA POR LOS FANTASMAS
Aparte de Lucca, numerosas son
las ciudades italianas célebres por sus fantasmas. Las guías están llenas de
castillos, palacios y casas antiguas con historias y voces populares que se
mezclan para alimentar leyendas de personajes y presencias misteriosas. Roma es
una de las capitales del mundo preferida por los fantasmas. Lo sabía muy bien
Paloma Gómez Borrero, prestigiosa y admirada periodista, toda una institución
en la ciudad eterna, a la que dedicó uno de sus libros más conocidos: «Los
fantasmas de Roma». Escuchando a Paloma, inigualable en saber dar vida a sus
anécdotas e historias, cualquiera acababa convencido: «Siempre creí en los
fantasmas, desde pequeña. Son gente buena que nos ayudan en la vida». Paloma
sabía echar mano de los santos para hablar de los espíritus: «Decía San Agustín
que los fantasmas son seres invisibles, pero no ausentes». Paloma estaba
convencida de haber visto un fantasma en el Palacio de España, sede de la
embajada española ante la Santa Sede, residencia del embajador y de varios
diplomáticos: «Se llamaba fray Piccolo. Yo iba a una cena y no sabía a qué
puerta llamar entre las cinco que había. Le pregunté al fraile y no me
contestó, pero me señaló la puerta justa. A los comensales les comenté que me
había ayudado un fraile, y me contestaron: “¿Qué fraile? Si no hay nadie fuera…».
Luego descubrí que lo habían matado en la casa por haberse liado con una señora
del palacio, cuyo marido los «pilló y lo mató», contaba siempre Paloma dando
gran veracidad a su relato.
En relación con la existencia
de los fantasmas, seguramente muchos italianos podrían evocar y parafrasear la
popular frase gallega: «Yo no creo en los fantasmas, pero haberlos, los hay». ABC
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