sábado, 26 de mayo de 2018

1960: MEGATERREMOTO EN CHILE

A 58 AÑOS DEL MEGA-TERREMOTO QUE AZOTO CHILE

El terremoto más intenso registrado hasta la fecha golpeó a Chile el 22 de mayo de 1960, ocurrió a las 15,11 minutos de la tarde y tuvo una magnitud de 9.5 grados en la escala Richter y según datos registrados en crónicas de la época tuvo una duración de casi 13 minutos.

Esta considerado el terremoto de más alta intensidad del mundo, percibido en todo el cono sur de América.

Murieron 1.655 personas, y 3.000 resultaron heridas, y 2.000.000 perdieron sus hogares. El tsunami que se generó tras el seísmo provocó daños graves en Hawai, Japón, Nueva Zelanda, Filipinas y Estados Unidos.

El tsunami en Chile que acompaño a este gran terremoto trajo consigo olas de casi 30 metros que arrasaron con todo lo  encontrado a su paso y penetro dos kilómetros en terrenos de la ciudad de Valdivia, quedando esta ciudad en gran parte bajo el agua.  Muchas muertes de personas fueron causada   al recogerse el agua pues la población no alcanzó a huir a los cerros cercanos,  también hubo muertes por paros cardíacos, y bastantes desaparecidos pues la tierra tuvo grietas en el suelo de metros en forma sorpresiva que luego se encogían.

Una situación tan dantesca causa las reacciones más inverosímiles de los seres humanos. Desde personas confesando sus pecados hincados en la calle a viva voz hasta situaciones incomprensibles cuando vuelve la tensa calma, … calma… con sus colores extraños en los cielos, explosiones atmosféricas, y una cantidad de seísmos menores que acompañaron durante días esta trágica manifestación de la naturaleza.

Un dato que ha sido muy poco divulgado de los acontecimientos del mega terremoto que comentamos es el que respecta a la reacción de los indígenas de la zona.

La machi Juana Namuncura, quien – tras la revelación de un sueño - anunció que para restablecer el equilibrio de la Tierra había que sacrificar a un niño de seis años que no contara con el cuidado de sus padres. Así se determinó el destino de José Painecur, un muchacho criado por su abuelo porque su madre trabajaba de nana en la capital y de su padre, poco o nada se sabía.

Sobre cómo se llevó a cabo el sacrificio, las versiones varían, y hoy este episodio se difumina entre las especulaciones y la realidad. En lo que todos coinciden - eso sí -  es que los restos del muchacho nunca se encontraron y que – ¿casualmente? – la última réplica del terremoto finalizó a las 01:55 de la madrugada del 5 de junio, sólo seis horas después del inicio de la ceremonia del sacrificio. Cuando la tierra se paró, en ese momento llegó el silencio.

Una especie de pacto implícito de la comunidad para olvidar, esconder o –simplemente– resguardarse de los juicios.

El tabú se empezó a romper un par de meses después, con el aterrizaje en la zona de dos antropólogos de la Universidad de Chile que sospechaban que podría haberse practicado un sacrificio humano en aquellas partes. Sus entrevistas e investigaciones llegaron a las autoridades y dieron paso a varios allanamientos y a la detención de la machi Juana Namuncura, el abuelo de José Painecur y otros tres hombres a quienes acusaron de homicidio.

La historia del sacrificio del niño  fue duramente cuestionada tanto por el Estado, que criminalizó los hechos, como por la sociedad chilena, especialmente la prensa escrita de la época. Su juicio valórico y moral se contrapuso a la cosmovisión y memoria ancestrales. Una tensión aún no resuelta que llega hasta la actualidad. Al final los tribunales dictaminaron que los involucrados en los hechos habían “actuado sin libre voluntad, impulsados por una fuerza física irresistible, de usanza ancestral”, y recurrieron al artículo 10, nº 9 del Código Penal chileno que establece que “quedan exentos de responsabilidad penal el que obra violentado por una fuerza irresistible o impulsado por un miedo insuperable”.

Esta acción desesperada de parte del mundo indígena ante la furia de la naturaleza nunca ha sido bien aclarada, y es muy poco comentado este suceso del sacrificio de un niño para calmar a la Madre Tierra por parte de los mapuches y quedo este episodio para  la historia.

Por último el epicentro del megaterremoto de 1960 se localizó en las cercanías de Lumaco, provincia de Malleco, Región de la Araucanía, y desde aquel año Chile comenzó a realizar una fuerte incrementación a una cultura sísmica que hoy en día se ve reflejada en sus grandes edificios anti-sismos, arquitectos con materias a fines enseñadas en las universidades,  alertas con alarmas urbanas y rutas de escapes señaladas en las ciudades y se incrementa este tipo de enseñanza en todos los colegios del país.

Todo esto para enfrentarse a los terremotos y fuertes sismos que azotan a Chile habitualmente. La naturaleza es imprevisible no cabe duda… más en Chile.

Otros Mundos - España
Raúl Núñez
Emitido 25.05.2018



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