LA MONTAÑA ENTREGA SUS SECRETOS DE VEZ EN CUANDO
Ni la
muerte logró separarlos. Un glaciar en retroceso reveló dos cuerpos congelados
que serían los de una pareja que desapareció hace más de siete décadas.
La
prensa suiza relata que los esposos Marcelin y Francine Dumoulin habían ido a
ordeñar sus vacas en la ladera de una montaña en los Alpes cuando se
desvanecieron sin dejar rastro el 15 de agosto de 1942.
“Preocupante
desaparición” tituló el diario “Le Nouvelliste Valaisan” en su edición del 20
de agosto de 1942. En la publicación, se destacaba que el matrimonio dejó la
ciudad de Savièse rumbo a un predio que tenían en la zona de Berna. El diario
consignaba también que un equipo de rescate encabezado por el pastor de la
parroquia local, reverendo Jean Labbe, fue en búsqueda de los extraviados.
“Estamos muy preocupados por su destino”, cerraba el texto, según recopiló
Emol, que citó además a Le Confédéré que en su edición del 21 de agosto de 1942
publicó que “en todo el cantón se habla de la desaparición del matrimonio
Dumolin, que se fue la mañana del sábado al otro lado de la montaña”. “Se
fueron temprano, dejando a los niños en casa, acompañados por algunos
agricultores; a continuación, la pareja se fue sola”, explicaba el diario.
Marcelin,
un zapatero, tenía 40 años, cuando la pareja desapareció. Y su esposa Francine,
una maestra, tenía 37. Agregaba que “esta es una familia unida, que es muy
apreciada en la región”. El clan familiar estaba integrado además por los siete
hijos de la pareja, donde el mayor tenía 13 años y el menor un año y medio,
quien según el texto “espera ansiosamente el regreso de mamá y papá”. En la
crónica también se hablaba de la expedición del equipo de búsqueda, el cual
estaba compuesto por personal de la policía de Valais, más “dos docenas de
alpinistas, guías y escaladores”, quienes iban acompañados por dos religiosos.
“El resultado de sus investigaciones no se conoce todavía. Pero la frágil
esperanza de encontrar con vida a la pareja desaparece rápidamente”, advertía
el medio, que también graficaba la ansiedad que se sentía en ese momento.
El fin
de la espera
Todo
esto llegó a su fin la semana pasada, con la aparición de los cuerpos. La hija
menor del matrimonio, Marceline Udry Dumoulin, de 79 años, dijo que el hallazgo
le produjo “una profunda sensación de calma”.“Nos
pasamos toda nuestra vida buscando a mi madre y a mi padre”, dijo la hija al
diario Le Matin, de Lausana.
La
policía local informó que los cuerpos fueron descubiertos la semana pasada en
el glaciar de Tsanfleuron, en un macizo conocido como Les Diablerets, en el sur
de Suiza.
Un
operario del centro de esquí Glacier 3000, encontró los restos de la pareja. El
lugar se encuentra a más de 2.600 metros de altura.
El
director del centro, Bernhard Tschannen, señaló que además de los cuerpos se
hallaron mochilas, platos de metal, una botella de vidrio, un libro y un reloj.
Tshannen
cree que la pareja probablemente cayó en una grieta y aseguró que por la ropa
podía inferirse que el matrimonio había estado en el hielo entre 70 y 80 años.
“Los
cuerpos yacían uno al lado del otro. El hombre y la mujer vestían ropa que data
del período de la Segunda Guerra Mundial”, señaló Tschannen al diario Le Matin.
“Gracias
al hielo los cuerpos están perfectamente preservados”.
Siete
huérfanos
Las
autoridades realizarán pruebas de ADN para establecer en forma definitiva la
identidad de los restos, pero Marceline Udry Dumoulin cree que se trata de sus
padres.
Francine
no solía acompañar a su esposo a la montaña porque “pasó gran parte de su vida
embarazada y el terreno era muy difícil y agreste”, relató la hija menor de la
pareja, que tenía 4 años cuando desaparecieron sus padres.
El
matrimonio vivía en Chandolin, una aldea en el cantón de Valais. Los pobladores
del lugar realizaron operaciones de búsqueda durante dos meses.
Los
siete huérfanos, cinco varones y dos niñas, fueron enviados a vivir con otras
familias.
“Yo tuve
suerte porque me crió una tía. Aunque todos vivíamos en la zona, perdimos
contacto”, señaló Marceline Udry Dumoulin.
Funeral
de blanco
“Ya no
pensábamos que sería posible dar a mis padres el funeral que se merecen”,
señaló la hija. Y cuando
el funeral tenga lugar, Udry Dumoulin asegura que no se vestirá de negro. “El
blanco es un color más apropiado porque representa esperanza”, señaló. “Y yo
jamás perdí la esperanza de encontrar a mis padres”. Agencias
Foto: Le Matin
La pareja desaparecida en la montaña
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